El humorista, que el año pasado cobró $ 18 millones por estar en el Festival, negocia desde hace más de un mes con la comisión organizadora.
La rutina de Stefan Kramer en el Festival de Viña 2008 seguro que la conoce todo Chile. Esa donde imitó desde Sebastián Piñera a Nicolás Massú y que fue repetida innumerables veces por TVN y Canal 13. La dieron en los matinales, estelares, programas de recuerdo y de relleno. Ese show que marcó 61 puntos de peak de sintonía (el más alto que tuvo ese año el Festival de Viña del Mar) y por el que recibió $ 18 millones. Sumando y restando, el negocio fue redondo para los organizadores, pero motivó la molestia del cómico, porque las reiteradas veces que dieron su actuación estuvo al borde de agotar al público. Con esos cálculos, el humorista les dijo «no» en febrero pasado, cuando quisieron tenerlo otra vez sobre el escenario, pero en julio abrió nuevamente la puerta a la comisión organizadora del certamen. Y fue claro: pide alrededor de $ 38 millones para volver, como reconocen testigos de las tratativas. Poco más del doble de lo que recibió la primera vez.
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Es una realidad que el festival Internacional de Viña del Mar hace años que está en una crisis respecto a los shows que se presentan cada noche. Durante la última década hemos visto cómo artistas se van rotando cada dos o tres años en el escenario como una suerte de “necesidad” de satisfacer los más variados gustos. Al parecer el Festival del Bicentenario, nombre que le da mayor connotación al certamen, no va a ser la excepción. El humorista e imitador Stefan Kramer estableció como condición el pago de $38 millones, el doble de dinero que pidió el año pasado en su exitosa presentación. Es innegable el talento y la versatilidad de este genio de la imitación, pero la organización nuevamente está cayendo en traer a artistas que ya han triunfado en la Quinta Vergara. Sin duda que el talento de Kramer da para representar a cientos de personajes más. La idea del comité organizador es tener a los tres grandes del humor chileno: Coco Legrand, Alvaro Salas y el ya mencionado showman.
A esto se agrega la posibilidad del regreso de Ricardo Arjona, el eterno invitado de piedra que no hace más que repetir una y otra vez sus monótonas canciones, y que además tiene agendado varios conciertos durante lo que queda del año. También se negocia con Maná, cuyo espectáculo se basa principalmente en canciones pegajosas y el show del virtuoso baterista Alex González. Nuevamente estamos en presencia de una cartelera agotada.
La novedad, y que ojalá se llegue a concretar, está en la posible presencia de Tina Turner, Michael Bolton, Janet Jackson y The Killers, estos últimos se presentarán en el mes de Noviembre por lo que queda prácticamente descartada su participación. Además se está negociando con los norteamericanos Bon Jovi y Aerosmith, aunque es preferible una visita en solitario en algún recinto masivo y no en un festival donde la pauta de cada noche no da para que presenten un concierto que dura aproximadamente dos horas como ocurrió el año pasado, donde los animadores no dejaron terminar el show de Santana con su éxito más reconocido como lo era Soul Sacrifice. ¿Se imaginan a Soledad Onetto y a Felipe Camiroaga cortando un posible show de Aerosmith? Habrá que seguir soñando con volver a ver a estos clásicos del rock en Chile, el año pasado sólo pasaron por Argentina y dejaron a Chile para una próxima oportunidad.
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